Dios no tiene la intención de que nuestra vida con Él sea estática, sin la presencia del Espíritu Santo. Somos personas en movimiento, pero no por el hecho de estar ocupados o abarrotar nuestras vidas. En lugar de ver nuestras vidas espirituales como algo para obtener o lograr, se nos invita a experimentar un viaje de por vida con Dios.

Como resultado, nuestras vidas son un proceso, siendo formados más plenamente a la imagen de Cristo por el bien de los demás. ¿Qué significa integrar la fe en todos los aspectos de nuestra vida?

Únase a nosotros los miércoles por la noche de este verano mientras exploramos cómo ir más allá del estancamiento de las vidas espirituales y vivir un viaje dinámico, en constante desarrollo hacia la plenitud a la imagen de Jesús.